

Desde que aprendemos a montar en bicicleta, siendo niños, el movimiento del pedaleo queda rápidamente interiorizado en nuestro cerebro, por lo que podríamos pensar que no hay que hacer mucho más. Pero si queremos aprovechar al máximo nuestra eficiencia energética, y obtener el máximo rendimiento sobre la bici, podemos aplicar diferentes técnicas para mejorar ese pedaleo hasta la perfección.
¿Cuántas veces hemos oído eso de «es como montar en bicicleta, que nunca se olvida»? Efectivamente, el movimiento que realizamos al pedalear es asimilado de forma relativamente fácil por nuestro cerebro, haciendo de este mecanismo algo tan sencillo y cotidiano, casi, como caminar. Una vez que lo hemos aprendido, resulta prácticamente imposible olvidarlo. Aunque ojo, no es un movimiento ‘natural’ del ser humano, como andar o correr.
Pero si queremos ir un punto más allá, y mejorar el rendimiento ciclista, debemos buscar un pedaleo eficiente que permita aprovechar al máximo el esfuerzo generado por nuestros músculos, minimizando las pérdidas de energía. Un pedaleo eficiente, además, es la mejor receta para evitar molestias que pueden convertirse poco después en lesiones ciclistas.
En este sentido, debemos tener ciertas consideraciones en cuenta a la hora de entrenar ese pedaleo eficiente:
– El movimiento del pedaleo no es circular en cuanto a fuerza y watios, si no que debe ser vertical. Es decir, no se trata solo de subir y bajar los pedales, a base de ‘pistonazos’, sobre todo subirlos ya que es muy lesivo y resta rendimiento. Si reducimos nuestra técnica de pedaleo a ese movimiento lineal, estaremos perdiendo mucha energía por el camino (aunque hay muchos ciclistas profesionales que todavía pedalean así…). Lo más eficiente sería aplicar la fuerza sobre los pedales con la intención de hacer todas las fuerzas de una forma vertical y enérgica en sus fases de más fuerza.
– Como decíamos unas líneas atrás, el cuerpo humano no está ‘diseñado’ para pedalear, sino para caminar, marchar o correr. Por esta razón hemos de buscar que nuestro pedaleo haga funcionar los grupos musculares de la forma más parecida posible a cómo lo harían en las disciplinas anteriormente mencionadas. Un pedaleo inercial es la mejor opción para conseguirlo según todos los estudios realizados y contrastados hasta hora.
– Pedalea con cadencias medias o elevadas. De esta forma se aprovecha mejor la energía que con cadencias bajas y, además, sometemos a los músculos a una menor exigencia. El mejor ejemplo, dentro del pelotón profesional, lo tenéis en Chris Froome.
– La altura del sillín ha de ser la correcta, por lo que resulta especialmente recomendable someterse a un estudio biomecánico del ciclista, con el fin de perfeccionar esa posición y poder trabajar sobre la pedalada partiendo sobre una base de garantías. Revisa también la posición del manillar y ajusta correctamente las calas de las zapatillas, ajustes que también podrán realizarse con mayor precisión con el trabajo de un profesional de la biomecánica.